En un juego que tuvo de todo: drama, tensión y corazón, los Dodgers de Los Ángeles salieron con vida del Citizens Bank Park y derrotaron 4-3 a los Phillies de Filadelfia, colocándose a solo una victoria de avanzar a la Serie de Campeonato de la Liga Nacional.
Durante seis entradas, el béisbol fue una batalla de precisión entre lanzadores. Ninguno cedía terreno, hasta que en el séptimo episodio apareció el dominicano Teóscar Hernández, quien con su velocidad y oportunismo desató el rally que cambió el rumbo del partido.
Con el juego sin anotaciones, Teóscar anotó la primera carrera tras un roletazo suave del puertorriqueño Enrique “Kiké” Hernández, que apenas pasó del montículo, pero fue suficiente para romper el cero y abrir las compuertas ofensivas de los angelinos.
Desde ahí, todo fluyó. Will Smith y Shohei Ohtani sumaron imparables productores, ampliando la ventaja a 4-0 y silenciando por completo a la fanaticada local.
El zurdo Blake Snell fue el alma del triunfo. Dominante de principio a fin, lanzó seis entradas sin permitir carreras, concedió solo un hit y ponchó a nueve, demostrando control, temple y madurez en un escenario hostil. Fue apenas la segunda vez en la historia de los Dodgers que un lanzador logra seis episodios con un hit o menos en postemporada, algo que solo Walker Buehler había hecho antes.
“Me enfoqué en atacar la zona y confiar en mis lanzamientos”, dijo Snell después del partido. “Este equipo sabe responder y hoy se demostró otra vez”.
Pero nada vino fácil. En la novena entrada, los Phillies pusieron el juego al borde del colapso con un doblete de Nick Castellanos que impulsó dos carreras, acercando el marcador 4-3 y dejando todo servido para un final de infarto.
El mánager Dave Roberts apeló a su bullpen y echó mano de Blake Treinen, Alex Vesia y el japonés Roki Sasaki para conseguir los últimos outs.
La tensión se elevó al máximo cuando Trea Turner conectó un rodado de rutina con las carreras del empate y la ventaja en base. Sin embargo, un tiro desviado de Tommy Edman obligó a Freddie Freeman a lanzarse al suelo para realizar una atrapada espectacular que salvó el juego y desató la locura en el dugout visitante.
“Esas son las jugadas que definen una serie”, comentó Freeman. “Me lancé con todo, y gracias a Dios la pelota se quedó en el guante”.
Con esta victoria, los Dodgers no solo se colocan arriba 2-0, sino que se abrazan a la historia: los equipos que logran esa ventaja en series al mejor de cinco han avanzado en un 88.9% de las ocasiones. Además, bajo el formato actual (2-2-1), los equipos que ganan los dos primeros partidos como visitantes han clasificado 16 de 18 veces, con 12 barridas incluidas.
La serie viajará ahora a Los Ángeles, donde el Juego 3 se jugará este miércoles 8 de octubre en el Dodger Stadium. Con el ánimo por las nubes y el apoyo de su público, los Dodgers buscarán finiquitar la tarea y sellar su pase a la siguiente ronda.
En una noche teñida de sangre, sudor y nervios, Los Ángeles volvió a demostrar por qué es un equipo de octubre: firme bajo presión, frío en la ejecución y encendido cuando el momento lo exige.